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Desarrollo formal 

En realidad la decisión es tuya pues tú conoces tu cuerpo mejor que nosotros y probablemente tienes ya una postura y hasta lugar favorito para leer. Eso no cambia el hecho de que existen ciertas posiciones que ayudan a que tu cuerpo no se fatigue y a evitar posteriores dolores de espalda y miembros entumecidos.

Apoya la espalda, de preferencia desde los glúteos hasta los hombros, y siempre con la columna recta. El respaldo proporciona el apoyo necesario para evitar la tensión del cuello, la espalda y los hombros.

Procura acomodar tu libro de manera que no tengas que voltear la cabeza hacia abajo: en esta posición la espalda suele encorvarse generando tensión y provocando que los músculos y vértebras lumbares realicen un esfuerzo anormal.

Asegúrate de que tu asiento sea firme pero no duro. Pasar mucho tiempo sentado sobre una superficie dura aumenta la presión generada sobre los huesos de la pelvis, lo cual termina por ser incómodo y doloroso. Por otro lado, un asiento demasiado blando no brindará el soporte que tu espalda necesita, ya que la mayor parte del esfuerzo se generará en las vértebras lumbares provocando dolores de espalda.

PROPUESTAS

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